Durante los primeros años de servicios como Facebook, Friendster y MySpace, Google lanzó una plataforma de redes sociales parecida en los EE.UU. que se llamaba Orkut. Aunque en realidad no recibió atención en la mayor parte del mundo, Orkut se convirtió en una sensación nacional en Brasil (y también en la India). Fue el primer sitio web que llevó las redes sociales más allá de los cÃrculos de la población urbana joven, blanca y de clase alta.
Raquel tenÃa 15 años en 2007, cuando de repente todas las personas de su edad comenzaron a hablar de Orkut. En aquel momento nadie de su pueblo tenÃa un ordenador en casa; muchos siguen sin tenerlo. Asà que, al igual que sus amigos de la escuela, Raquel se guardaba el dinero del almuerzo escolar para poder gastarlo en uno de los cibercafés locales. Durante aquellos primeros años de Internet en el pueblo, la gente de la edad de Raquel compartÃa sus contraseñas de Orkut con quienes consideraban amigos cercanos. AccedÃan a los perfiles de los demás y publicaban comentarios sobre lo mucho que admiraban y querÃan a ese amigo. El intercambio de contraseñas mostraba a sus cÃrculos sociales que aquellos dos amigos tenÃan un vÃnculo especial. Los estudiantes populares tenÃan más solicitudes de contraseña y aparecÃan más veces en esas publicaciones.
A medida que más gente de la clase trabajadora como Raquel iba accediendo a Orkut, los brasileños más ricos comenzaron a quejarse de tener que compartir la plataforma en lÃnea con esta masa de nuevos usuarios a los que consideraban "atrasados" y "ruidosos". Pero cuando las clases más altas pasaron de Orkut a Facebook, que era más famosa internacionalmente, la población de menores ingresos hizo lo mismo. Y en sólo un par de años, de 2007 a 2009, Orkut pasó de ser el lugar más de moda en el que estar a convertirse en una especie de "ciudad fantasma" en lÃnea, hasta que Google eliminó oficialmente el sitio en 2014. Pero una cosa permanece: los brasileños todavÃa utilizan el término "Orkutization" para describir el proceso por el cual las personas consideradas como "atrasadas​​" o de mal gusto pueblan rápidamente una nueva plataforma de redes sociales, como Twitter o Instagram.
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